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Lenguaje inclusivo en la empresa: importancia, ideas y ejemplos

El lenguaje inclusivo ha llegado para quedarse gracias al empuje que está viviendo desde distintos puntos de la sociedad: consumidores, empresarios, gobiernos, asociaciones y un largo etcétera. Si todavía no sabes cómo utilizar el lenguaje inclusivo en tu empresa, estás en el lugar adecuado. Avanti!  

Ni es una moda pasajera ni una forma estrambótica de expresarse. El lenguaje que utilizamos en nuestro día a día afecta de manera directa a nuestra percepción de la realidad y determina cómo conceptualizamos todas esas ideas y valores que, de forma abstracta pero firme, construyen nuestra sociedad. El lenguaje inclusivo es, pues, una actuación consciente sobre nuestras palabras para que sean las propias palabras quienes respalden todos esos valiosos valores –respeto, igualdad, justicia– que decimos apoyar sin pestañear y vayan construyendo una sociedad más justa y humana.

De modo que tu empresa, como parte de la sociedad, tiene una repercusión activa en las vidas de todos los que desfilan a su alrededor: la plantilla, la clientela, todas aquellas personas que curiosean el escaparate o la web, otras empresas con las que colaboras… y sus familias y amigos. ¡Un montón de gente! Contribuir a la igualdad de género, luchar contra la discriminación laboral y los estereotipos de género son acciones a tu alcance sin tener que estar todo el día soltando mítines por la calle o hacerte político en algún parlamento. Toma nota de estas propuestas para solucionar algunos de los problemas comunicativos más habituales respecto al lenguaje inclusivo:

1 Atención con el uso del masculino genérico

Aunque gramaticalmente es correcto, en algunas (o muchas) ocasiones puede tener un poso de discriminación según género, ya sea porque asocia el estatus a un género concreto (los jefes como algo masculino, las limpiadoras como algo femenino) o porque invisibiliza a uno de los dos géneros. Existen varias alternativas, elige la mejor se adapte a cada situación:

  • El genérico: en lugar de utilizar los trabajadores, puedes emplear la plantilla, el personal, etc.
  • Las perífrasis: en vez de las limpiadoras, puedes usar el personal de limpieza, etc.
  • Formas personales e impersonales: en lugar de los trabajadores pueden participar en el sorteo, puedes utilizar Podemos/Se puede participar en el sorteo.
  • Céntrate en la organización: en vez de utilizar fórmulas como todos o nosotros, puedes utilizar la empresa, nuestra organización, nuestro negocio, etc.

2 Sobre los desdoblamientos, barras y otros símbolos

Una opción correcta y en ocasiones muy recomendable puede ser el desdoblamiento masculino y femenino en sus distintas modalidades (los trabajadores -> los y las trabajadores; los trabajadores y trabajadoras; las trabajadoras y trabajadores, etc.). Eso sí, debe prestarse mucha atención para que el lenguaje y la comunicación no se recarguen o acaben sonando completamente antinaturales.

Otra alternativa puede ser el uso de barras (licenciados/as, desempleados/as) o símbolos como el arroba (l@s trabajador@s) para ciertos contextos, aunque no está exento de ciertos riesgos para la correcta interpretación del texto.

En cualquier caso, en todas estas alternativas se recomienda que se alterne el orden de la forma femenina y masculina para no comenzar estas fórmulas siempre de la misma manera.

3 ¡El cargo y los nombres!

A veces te verás en la situación de tener que mencionar a algunos de tus trabajadores por su cargo o responsabilidad en la empresa. Consejo: si vas a nombrar a varias personas, utiliza en todos los casos el mismo trato y no obvies el cargo, nombre o apellido de ninguna persona. Ejemplo:

Nos gustaría agradecer a nuestro diseñador Luis, a la gestora de proyectos Pilar y al equipo de derecho fiscal su implicación en la campaña navideña.

¿Por qué lo decimos? Se ha detectado estadísticamente que en un elevado número de casos se tiende a mencionar a los hombres junto con su cargo, mientras que de las mujeres solo se especifica su nombre (y muchas veces la fórmula más familiar), sin indicar su responsabilidad o papel. Como decían en la antigua Roma, “Al César lo que es del César”.

4 Personaliza el mensaje

Siempre que en tus comunicaciones (por escrito u orales) conozcas el género del receptor del mensaje, deberías de optar por adaptar tu mensaje a su género, ya sea masculino o femenino. El genérico es útil para determinadas circunstancias, pero no olvides que estás tratando con personas a las que debes mostrarles un respeto.

5 Imágenes y lenguaje no verbal

Nos referimos a todos aquellos elementos comunicativos que no son estrictamente palabras, como por ejemplo emoticonos, carteles, fotografías o elementos de decoración. Una forma sencilla de contribuir a la igualdad real es que las figuras o emoticonos no solo empleen la forma masculina como el genérico neutro, sino que también incluyan la figura femenina.

Por otro lado, funciona en sentido inverso: aquellas tareas que estén tradicionalmente asignadas a la mujer, como pueden ser las tareas de limpieza o cuidado de la salud, también deberían de reflejar la presencia masculina. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a imágenes promocionales o decorativas en tu negocio, fotografías, emoticonos, memes, etc.

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